“Los Bacca, no son ningunos apropiadores”. Con esa frase, Miguel Ángel Pierri, abogado defensor de Cristina Mariñelarena y José Ernesto Bacca, se sumó a la polémica que abrió el Tribunal Oral Federal 4 de la Ciudad de Buenos Aires. Ese juzgado falló a favor de Hilario Bacca, hijo de detenidos-desaparecidos que nació en la ex ESMA en 1978, quien reclamaba conservar la identidad que le dieron sus padres adoptivos.
En diálogo con Perfil, el abogado mediático consideró que “ellos fueron víctimas de un genocida, un tipo autoritario, un mentiroso, como lo fue el Coronel Guillermo Minicucci, quien engañó a su propia mujer –Inés Lugones, amiga de la familia Bacca-, y, lamentablemente, los involucró y metió en el terrible problema en la que están hoy”.
“Estoy absolutamente de acuerdo en esta determinación que tomó la Justicia Civil de darle a Hilario la posibilidad de elegir un derecho personalísimo, que es el nombre”, agregó el letrado.
Sobre el rechazo de Abuelas de Plaza de Mayo al fallo, Pierri sostuvo que Hilaro nunca negó su origen: “Los Bacca, fueron los primeros en ir a visitar a Estela de Carlotto”. “Es la posición de Abuelas, pero no creo que Hilario este negando su origen, hay que respetar su decisión”, sentenció.
El abogado remarcó a este portal que Hilario, siempre tuvo la libertad de reencontrarse con su familia biológica, y que sus padres “adoptivos”, en todo momento lo alentaron y fomentaron ese encuentro. “Ellos mismos concurrieron a varios encuentros familiares”, afirmó.
“No podemos dejar de reconocer que el hecho es grave, pero los Bacca fueron víctimas del genocida embustero. Si Minicucci estuviera vivo hoy, no solo estaría condenado por crimen de lesa humanidad, desaparición de menores y de personas, sino que hace mucho tiempo hubiera sido excluido de su hogar por violencia de género. Un criminal, una basura, una persona que deshonró su uniforme militar como muchos otros”, concluyó Pierri.
La historia.Cristina Mariñelarena se casó en 1970 con José Ernesto Bacca, en La Plata, su ciudad natal. Tuvo una operación en la que le extrajeron una trompa uterina. A pesar de eso, dio a luz una hija, Constanza, en 1973. Luego trataron de tener otro hijo pero no lo lograron, hasta que decidieron adoptar.
En 1977, Inés Lugones, amiga de Mariñelarena, la llamó, y le dijo que existía la posibilidad de adoptar un bebé. El 27 de febrero de 1978 la pareja visitó Buenos Aires, llegaron a la casa de Inés y su marido, el represor Guillermo Minicucci, y volvieron con Hilario.
FUENTE: PERFIL.COM